En los próximos 10 años España perdería 2,6 millones de habitantes, un 5,6%. De esta forma, la población se reduciría a 44,1 millones en el año 2023. Además, a partir de 2017 habrá por primera vez más muertes que nacimientos. Así de contundentes son las proyecciones de población para el periodo 2013-2023 elaboradas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) según las cuales, si se mantienen las tendencias demográficas actuales, la pérdida de población será común en todas las comunidades autónomas.
El descenso de los nacimientos será consecuencia de la reducción del número de mujeres en edad fértil, al encontrarse en esas edades las generaciones menos numerosas que nacieron durante la crisis de natalidad de finales de los 80 y de los años 90. De hecho, en una década habrá 1,9 millones menos de mujeres de entre 15 y 49 años (17%).
El número de nacimientos seguiría reduciéndose en los próximos años, continuando con la tendencia iniciada en 2009. Así, entre 2013 y 2022 nacerían en torno a 3,9 millones de niños, un 17,1% menos que en la década pasada. En 10 años, la cifra anual de nacimientos habría descendido hasta 339.805, un 24,9% menos que en 2012. Esta evolución se producirá, explica el INE, a pesar de la "ligera tendencia favorable" de la fecundación femenina que se mantendrá en los próximos años y que hará que el número medio de hijos sea de 1,41 en 2022, frente al 1,34 actual.
En cuanto a la esperanza de vida, en 2022, se situará en 81,8 años para los hombres y en 87 para las mujeres, es decir 2,5 y 1,9 años por encima de la actual. Para este año, el INE calcula que la población española se reducirá en 242.437 habitantes (un 0,5%), continuando con la tendencia negativa iniciada en 2012, con lo que el número de habitantes se reduce a 46.704.314 personas.
A pesar de la pérdida de población y la mayor esperanza de vida, el número de defunciones seguiría creciendo como consecuencia del envejecimiento poblacional. Así, en el periodo 2013-2022 se llegarían a registrar casi 4,1 millones de defunciones, un 6,2% más que a las observadas entre 2003 y 2012. En el año 2022 se producirían 411.617 fallecimientos entre los residentes en España, frente a los 403.785 del año 2012.
El descenso de la natalidad y el envejecimiento poblacional harán, concluye el INE, que en 2017 en España haya más defunciones que nacimientos, es decir, que el saldo vegetativo sea negativo por primera vez.
Menos inmigrantes
En lo que respecta a la inmigración, este año llegarán a España 291.909 personas, un 7,1% menos que en 2012. No obstante, por cada persona que venga a residir a España se marcharán dos hasta sumar 591.515 ciudadanos los que opten por abandonar España para residir en el extranjero.
Con ello, en 2013, España volverá a tener un saldo migratorio negativo con el extranjero, por cuarto año consecutivo, ya que saldrán 299.607 personas más de las que entrarán. En los próximos diez años, España perderá 2,5 millones de habitantes en sus intercambios de población con el extranjero.
Los datos difundidos hoy reflejan también "la intensidad del proceso de envejecimiento" de la población acelerado ahora por el descenso de la natalidad y el saldo migratorio negativo. Así, como consecuencia del envejecimiento, la pérdida de población se concentrará en el tramo de edad entre 20 y 49 años, que se reducirá en 4,7 millones de personas en la próxima década (un 22,7%). Además, el descenso de la natalidad hará que en 2023 haya casi un millón menos de niños menores de 10 años que en la actualidad (un 20,4%).
Por el contrario, todos los grupos de edad de más de 50 años experimentarían un crecimiento (salvo el de 80-84 años que son generaciones más reducidas nacidas durante la Guerra Civil). En concreto, dentro de diez años en España residirán 19,7 millones de personas mayores de 64 años, 1,5 millones más que en la actualidad y habrá 23.428 mayores de 100 años, casi el doble que los centenarios actuales.
Como consecuencia de esta situación, la tasa de dependencia se elevará al 59,2% en 2023.
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