lunes, 25 de noviembre de 2013

El urbanismo en la antigüedad
                                                     
Las ciudades, tanto religiosas como cívicas, fueron orientadas de modo que las mismas tuvieran un sentido estético. Las calles fueron trazadas de acuerdo a un sistema de cuadrícula y las viviendas fueron integradas a las instalaciones culturales, comerciales y defensivas.      
  


   


El Plan Cerdà fue un plan de reforma y ensanche de la ciudad de Barcelona de 1860 que seguía criterios del plan hipodámico, con una estructura en cuadrícula, abierta e igualitaria. Fue creado por el ingeniero Ildefons Cerdà y su aprobación fue seguida de una fuerte polémica por haber sido impuesto desde el gobierno del estado español en contra del plan de Antoni Rovira i Trias que había ganado un concurso del Ayuntamiento de Barcelona.



El Plan Castro, inspirado en el de Cerdá para Barcelona, suponía el paso de la ciudad de 800 a 2.300 hectáreas, basándose en un cálculo sobre el aumento de población de la ciudad. Mediante una retícula ortogonal, el plan suponía añadir una corona de terreno a la ciudad por norte, este y sur, ordenando los usos del suelo (residencial, industrial, militar, esparcimiento, agropecuario).  Finalmente, la ciudad seguía estando limitada por motivos militares y fiscales, pero ya no por una muralla, sino por un foso.

 

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